domingo, 20 de abril de 2014

Semana Santa guarimbera

Después de más de dos meses de conflictos en Venezuela, llegó la Semana Santa, época en la que los más fieles aprovechan para reencontrarse con su fe, y también en la que tradicionalmente el venezolano aprovecha para olvidarse de todo en unos pocos días de relax.

Esto último fue lo que yo hice. Después de haber decidido no hacer nada en la fecha de Carnaval, en parte solidario con la causa de protesta y en parte también por temor a que algo pudiera suceder, tomándome desprevenido quién sabe dónde, en esta oportunidad decidí hacer lo contrario; simplemente me merecía mi descanso.

¿El destino? La ciudad de Mérida. Vaya que el grupo familiar que nos fuimos de viaje somos valientes, integrado por 8 adultos, dos adolescentes y dos niños. El domingo de ramos preparamos nuestras maletas y en la noche nos fuimos a pasar lo que esperamos sería una semana tranquila en una de las ciudades más convulsionadas durante todo el conflicto socio-político que vivimos en nuestro país desde hace más de dos meses.

¿Qué encontramos? Dos avenidas trancadas con barricadas, aunque no en toda su extensión... Una, la avenida Los Próceres, que recorre casi toda la ciudad de polo a polo; la otra, la avenida Las Américas, quizás la más importante por ser la  de mayor concentración poblacional, tener varios centros comerciales (cerrados), el Mercado Principal (aunque sus alrededores estaban despejados, por lo cual sí estaba prestando servicio), el terminal de pasajeros (que está cerrado), un McDonald's y una Nota (cerrados también, además de saqueados), y otras cuantas atracciones que quizás se me escapen a la memoria... De resto, nada más que destacar; si no necesitas transitar por ninguna de esas dos avenidas, es como si nada estuviera pasando.

Debido al cierre del terminal de pasajeros a causa de las guarimbas, los trabajadores del transporte
improvisan una parada en el sector Vuelta de Lola, entrada a la ciudad de Mérida
Todos ya conocen mi posición adversa a las guarimbas, pero en este caso fui más comprensivo. En conversaciones con una amiga entendí que en un principio la situación de violencia desmedida por parte de grupos armados actuando bajo el amparo de los organismos de seguridad del Estado, entiéndase la Guardia Nacional Bolivariana, obligó a los merideños a usar las barricadas como verdadero mecanismo de defensa. Ok, está bien, pero yo corrí con la suerte de alquilar un apartamento en plena zona de conflicto (a la que algunas personas llaman "Siria"). La situación que me encontré fue de alta intolerancia y una increíble sensación de inseguridad que jamás habría imaginado que sentiría en la que aun hoy es considerada la ciudad de los caballeros. Nada más los tiroteos todas las noches nos tenían los nervios de punta.

Vista desde la ventana de la habitación en la que estaba durmiendo
Como siempre he dicho que una imagen vale más que mil palabras, tuve la oportunidad de realizar un rápido recorrido por la avenida Las Américas en el que aproveché de capturas algunas fotografías (por supuesto, haciendo lo posible por que nadie se diera cuenta para así evitarme problemas)

Pancartas en barricada de la Av. Principal El Campito
Barricada en la Av. Las Américas
Barricada en la Av. Las Américas
Cruces con nombres de los fallecidos durante el conflicto. Las que más llamaron mi atención: las de Génesis y Geraldin
Barricada en la Av. Las Américas, a la altura de La Nota
Barricada en la Av. Las Américas, a la altura de La Nota
En fin, mi opinión bastante sincera es que los vecinos de esa avenida se encuentran literalmente autosecuestrados. Creo que ya deberían pensar en otro tipo de alternativas que les permita desenvolverse con más normalidad y tranquilidad, evidentemente sin olvidar los motivos que les llevaron a tomar estas medidas, algo extremas, pero acertadas en su momento.

Por fortuna, desde mi otra ventana tenía una vista perfecta de la Cordillera de Mérida,
desde la cual podía observar el majestuoso Pico Bolívar cubierto de nieve
#Paz para todos.

@FernandoArraez

viernes, 4 de abril de 2014

Brutal indignación

La Universidad Central de Venezuela (UCV) es sin duda alguna la casa de estudios superiores presente en la ambición académica de la gran mayoría de los nuevos bachilleres de nuestro país. Particularmente, yo que he andado por sus pasillos y caminerías sé muy bien el enorme placer que se siente estar allí, y aun así no me imagino el orgullo que sienten sus estudiantes. De hecho, jamás me ha dado pena confesar el inmenso gusto que me daría ser uno de ellos, ni antes, cuando estudiaba Computación y mucho menos ahora estudiando Comunicación Social.

Fuera de eso, el simple hecho de tener la denominación de universitario me da el pleno derecho de sentirme muy preocupado por los distintos episodios que se han vivido en la UCV es las últimas semanas, pero definitivamente lo sucedido ayer es la gota que derramó el vaso.

Grupos de violentos armados se encargaron, sin ningún tipo de contemplaciones, de atacar, asaltar, vejar, humillar a estudiantes de la UCV que se encontraban tranquilamente en las áreas al aire libre de la universidad y a periodistas que cubrían la manifestación que se desarrollaba instantes antes. En estos casos, sencillamente una imagen (o varias, más un vídeo) vale más que mil palabras:


Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter

Primera página a doble cara del diario 2001
No hay palabras para describir tan absurdo atropello y el nivel de indignación que siento en este momento. No quiero pecar de atreverme a señalar que realmente los responsables de este hecho hayan sido colectivos simpatizantes del gobierno nacional, pero los ojitos del comandante eterno y supremo en algunas franelas, además de un miembro del PSUV plenamente identificado entre el grupo de atacantes, dejan mucho que pensar.

Declaro mi rechazo pleno y firme a estos sucesos. Aún mantengo mi posición indeclinable a no apoyar el uso de la violencia para combatir la violencia, pero ahora mi opinión será totalmente afín a la premisa que sostiene que el que a hierro mata, no puede pretender morir a sombrerazos. Mientras tanto, yo seguiré en mi labor de promover una ciudadanía venezolana rica en valores y principios.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

miércoles, 2 de abril de 2014

¿Qué será lo que quieren en Globovisión?

En un lapso poco menor a un año, la planta televisiva Globovisión, única en Venezuela de corte 100% noticioso, se ha visto envuelta en una gran cantidad de episodios en los que han estado involucrados unos 51 periodistas (cifra hasta hoy 2 de abril) que, o ha sido despedidos, o han presentado su renuncia al canal.

Antes de hoy, quizás el caso más polémico fue el suscitado con tres miembros del equipo técnico del canal en el Estado Zulia, quienes fueron anunciados de su despido después de haber captado en imágenes aefectivos de la GNB actuando presuntamente en conjunto con grupos violentos oficialistas contra manifestantes opositores. Como ya seguramente lo saben, esas imágenes no fueron difundidas por el canal (según la directiva, el motivo es que no tuvieron las imágenes a tiempo).

Pero lo ocurrido hoy me llamó realmente la atención, y es lo que me motivó a escribir esta entrada. El periodista Reimy Chávez Perche, ancla del noticiero, exactamente a las 7:03pm publicaba este tuit:


Acto seguido, tan solo dos minutos después y comenzando la emisión en vivo del noticiero, declaraba al aire: “Hasta este día trabajo en esta planta televisiva por razones ajenas a mi voluntad y diferencias de criterio”.


Para ser honesto, inmediatamente pensé “qué bonito gesto de parte de la directiva al permitirle expresarse al aire”. Qué equivocado estaba. La verdad es que sólo él sabía lo que estaba haciendo. Nadie se esperaba dicha actuación de su parte, y el haber lanzado el tuit con el anuncio justo antes de iniciar la transmisión fue una actitud realmente maquiavélica (en el buen sentido de la palabra) ya que no daba tiempo para nada.

Más tarde, Mayela León, Directora General de Globovisión, en entrevista al periodista Fernando del Rincón de CNN, aclaró que efectivamente la acción sorprendió a todos.

Si me preguntan, fue una actitud admirable y valiente. Expresó su opinión de frente a todo el mundo, dando la cara, y con mucha educación, aunque evidentemente quizás violando las políticas internas del canal…

Pero volviendo a la transmisión en vivo, acto seguido Reimy anunció la ida a comerciales y, para el segundo bloque (9 minutos después), ¡sorpresa! Ya no era él el que estaba en la pantalla sino su compañera Sheina Chang, a quien le fue asignada la responsabilidad de terminar la emisión del noticiero.

Evidentemente los comentarios en las redes sociales no se hicieron esperar. Se dijo incluso que el reportero había sido sacado por la fuerza del estudio por el personal de seguridad. Pasadas las nueve de la noche el mismo periodista aclaraba lo ocurrido:


Por otra parte, con un poco más de discreción, el también periodista del canal, Carlos Arturo Albino, anunciaba igualmente su renuncia a través de su cuenta en Twitter:


Evidentemente la falta de información sigue siendo el gran problema de los medios de comunicación en Venezuela y, obligados o no, casi todos los medios públicos siguen siendo cómplices. El caso Globovisión le agrega un ingrediente más y es que ya no hay duda de que la autocensura aplicada debe venir innegablemente ordenada desde la directiva. Pues claro, el Cógido de Ética del Periodista Venezolano no prescribe la violación del derecho a la información.

¿A qué quiero llegar con esto? Tan solo a mostrar mi ánimo de expresarme públicamente por primera vez desde que comenzaron a ocurrir estos eventos en el canal de televisión que, si supieran, aun goza de mi mayor porcentaje de tiempo en sintonía (básicamente sigue siendo mi primer medio televisivo informativo). Quizás la pregunta deba ser “¿Hasta dónde quiere llegar la nueva directiva de Globovisión y cuánto más están dispuestos a sacrificar?”

#Paz para todos.

@FernandoArraez