viernes, 4 de abril de 2014

Brutal indignación

La Universidad Central de Venezuela (UCV) es sin duda alguna la casa de estudios superiores presente en la ambición académica de la gran mayoría de los nuevos bachilleres de nuestro país. Particularmente, yo que he andado por sus pasillos y caminerías sé muy bien el enorme placer que se siente estar allí, y aun así no me imagino el orgullo que sienten sus estudiantes. De hecho, jamás me ha dado pena confesar el inmenso gusto que me daría ser uno de ellos, ni antes, cuando estudiaba Computación y mucho menos ahora estudiando Comunicación Social.

Fuera de eso, el simple hecho de tener la denominación de universitario me da el pleno derecho de sentirme muy preocupado por los distintos episodios que se han vivido en la UCV es las últimas semanas, pero definitivamente lo sucedido ayer es la gota que derramó el vaso.

Grupos de violentos armados se encargaron, sin ningún tipo de contemplaciones, de atacar, asaltar, vejar, humillar a estudiantes de la UCV que se encontraban tranquilamente en las áreas al aire libre de la universidad y a periodistas que cubrían la manifestación que se desarrollaba instantes antes. En estos casos, sencillamente una imagen (o varias, más un vídeo) vale más que mil palabras:


Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter

Primera página a doble cara del diario 2001
No hay palabras para describir tan absurdo atropello y el nivel de indignación que siento en este momento. No quiero pecar de atreverme a señalar que realmente los responsables de este hecho hayan sido colectivos simpatizantes del gobierno nacional, pero los ojitos del comandante eterno y supremo en algunas franelas, además de un miembro del PSUV plenamente identificado entre el grupo de atacantes, dejan mucho que pensar.

Declaro mi rechazo pleno y firme a estos sucesos. Aún mantengo mi posición indeclinable a no apoyar el uso de la violencia para combatir la violencia, pero ahora mi opinión será totalmente afín a la premisa que sostiene que el que a hierro mata, no puede pretender morir a sombrerazos. Mientras tanto, yo seguiré en mi labor de promover una ciudadanía venezolana rica en valores y principios.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

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