miércoles, 31 de diciembre de 2014

Chao 2014, Hola 2015

Eran las 6:00pm del 31 de diciembre justo al momento en que comencé a escribir esta nota. De repente se me ocurrió que tenía que decir algo, no todos los días se acaba un año y comienza otro. Además, este año que se acaba sí que merece ser despedido con añoranza, ya sea por las cosas buenas que sucedieron, o por las que desearíamos olvidar.

El 2014 estuvo lleno de triunfos y derrotas; de conflictos y satisfacciones. Venezuela vivió un año realmente duro, quizás el más difícil de su historia, título que muy probablemente le sea arrebatado por el 2015 si continuamos así. Un año que nos puso a prueba a todos los venezolanos, que midió la paciencia de aquellos conformistas a los que no les importa hacer horas de cola para adquirir una pequeña muestra de productos regulados, y que midió también la dignidad de los que no se rebajan a ese tipo de vejaciones.

Un año para recordar a quienes nos dejaron luchando por sus convicciones, a quienes cayeron víctimas de las injusticias, y a quienes quisieron acelerar el proceso de deterioro de mi querido país (de un bando, y del otro). Un año para entender que los protagonistas de la historia somos todos, y no solo un “mesías” o “salvador” que venga a acabar con todos los problemas, o uno designado a modo de trolleo por el anterior líder en sus últimos momentos de "lucidez".

Pero también ha sido un año para darnos cuenta del aguante y los niveles de presión que somos capaces de resistir. Para estar seguros de que el venezolano es el gentilicio más arrecho que hay (considerando que así dirán tantos otros gentilicios más). Para entender, que el cambio que tanto ansiamos, tendrá que llegar desde nosotros mismos, de aceptar que si exigimos que nos respeten, debemos primero respetar.

Hola 2015, ya en unas horas estarás aquí. Estoy contento de que llegues, porque vienes con entusiasmo y alegría, prometiendo de verdad un año genial. Yo sé que tú sólo no podrás con toda la carga que tenemos para ti, y que probablemente el desgaste que comiences a sufrir muy pronto será nuestra culpa, pero no te preocupes, yo sé que somos muchos los que te vamos a ayudar.


#Paz para todos, ¡y Feliz Nuevo Año 2015!

@FernandoArraez

domingo, 14 de diciembre de 2014

Bienvenido al Club de los 27

Se le llama el Club de los 27 a un grupo de famosos músicos que fallecieron a la edad de 27 años, cosa curiosa, ¿no? Y es que no se trata de unos simples nombres ahí. La lista tiene como miembros “selectos” a personas como Brian Jones (The Rolling Stones), Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Kurt Cobain, aunque algunos, como en mi caso, también incluimos a la prodigiosa voz de Amy Winehouse.

Club de los 27
Lo cierto es que desde hace mucho tiempo siempre bromeaba con tres de mis llamados brothers, con los que soy contemporáneo, con la cosa de que cada año estábamos más cerca de llegar a esa edad y nos darían la bienvenida a tan prestigioso club.

No se asusten, ninguno de nosotros tenemos la intención de acompañarlos adonde sea que se encuentren sus almas, al menos no por ahora, pero no les negaré que las cuatro o cinco personas que ayer me felicitaron diciéndome “¡Bienvenido al Club de los 27!”, han dado con el que ciertamente es mi lema en este cumpleaños.

Son 27 años, muy bien vividos, de grandes, enormes altibajos, pero repleto de satisfacciones, y aunque no soy de los que hace celebraciones, siempre celebro la vida en todos sus sentidos.

Son 27 años recibidos con tranquilidad, sin sobresaltos, aún con mi pensamiento tratando de sortear los problemas que lo envuelven en este diciembre, como de costumbre. Sin fiestas, ni siquiera un ponqué, porque ya habrá tiempo; aunque el día sea hoy, el lugar aquí, y el momento ahora, estoy seguro de que siempre habrá tiempo.

De tres partidas, ganamos sólo una.
A veces hay que dejar ganar a los demás
Totales e infinitas gracias a todos los que mostraron alguna manifestación de cariño a mi entrada al club. Thanks Loh Yuen Yen for being the first to congratulate me from across the world. Gracias Lucía Cecilia por ser la primera en felicitarme en este huso horario. Gracias Ruskmery por permitirme recibir mis 27 junto a tu recibimiento de los 19. Gracias Alicia por darme el regalo de tenerte de vuelta en Venezuela y dando pasos agigantados. Gracias Ruth Laura y María Bethania por regalarme los mensajes más hermosos del día. Gracias tía Milagros por su infinito apoyo, para el cual la misma palabra “gracias” se queda pequeña. Gracias Luis Alfredo, mi querido primo y hermano, porque aun en la distancia sigues aquí conmigo. Gracias Kathy, mi catira bella, por hacerme la llamada de mayor alegría para mí en todo el día. Gracias Claudia, por seguir allí, y porque siempre tendré algo que agradecerte, aunque no quieras. Gracias Pedro, Luis José, Gaby, Mata, Mafer y Leo por permitirme terminar el día junto a ustedes, unas hamburguesas, unas piezas de dominó y deleitando el paladar con el gran Cacique, que no podía faltar.

Aquí sigo, y seguiré, luchando por lo que quiero hacer, disfrutando lo que me gusta hacer, amando a quienes se lo merecen y recibiendo el cariño sincero de los que siempre me acompañan. Y, por sobre todas las cosas, apostándole a Venezuela.

#Paz para todos, y que viva el ron.

@FernandoArraez

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Crónica de una tarde diferente (10/12/2014)

Hola. Les echaré el cuento de lo que hice hoy. Les advierto que puede resultar aburrido.

Debido a diversos motivos, desde la semana pasada no me he sentido del todo bien en términos emocionales. Hoy, miércoles 10 de diciembre, estando en casa a horas de mediodía, decidí salir a distraerme, caminar nomás, por ahí, adonde me llevaran las piernas. Antes de salir recordé unos relojes que tenía pendientes de llevar a arreglar, así que los guardé en mi bolsillo y planeé que mi paseo incluyera una parada en el C.C. Cristal, donde hay un taller para esos accesorios.

Y así salí, a eso de las 2 de la tarde. Iba escuchando música a través de mis audífonos, tratando de desconectarme del caos de la ciudad a mi alrededor. Llegué al Cristal, y sorpresa, ya no arreglan relojes, por lo que me aconsejaron ir hasta el C.C. Munticentro, que allá me los recibían.
No tenía planeado salir de los límites de Naguanagua, pero ya qué, estaba en la calle y con los relojes maltrechos en el bolsillo, así que me fui hasta el Viñedo, ahora a soportar el caos de Valencia, que es peor, con su Metro que no avanza, pero para el cual sarcásticamente es un gran avance que hayan abierto el paso vehicular, para seguramente volver a cerrarlo en algunos meses.

Al llegar, pues no, uno de los relojes no podían arreglarlo, y el otro sí, pero no me lo recibían porque era algo "sencillo", así que debía esperar una media hora, que me lo arreglaran ahí mismo, y entregármelo de una vez. No quería quedarme más tiempo, pero decidí esperar y mientras tanto caminar. Me encontré con dos amigas, y pasé el rato junto a ellas. Lo cumbre del momento fue lo gracioso, digo yo, que les pareció haberles preguntado cómo es eso de los “estrenos”, los cuales andaban comprando; es en serio, yo no entiendo de esas cosas porque no celebro tradiciones desde hace muchísimos años, tan solo tenía curiosidad por aclarar mis dudas, pero bueno, para ellas eso no es “normal”. Volví al taller de relojes. No pudieron arreglar el mío, el problema es mayor y ahora debo volver mañana.

Antes de regresar a Naguanagua, me provocó entrar a Farmatodo, no sé, a ver qué había, y con la misma que entré, salí; de repente se me quitaron las ganas de estar allí. Espero no enterarme después que había desodorante porque la frustración será enorme.

Ya eran casi las 4 (¡cómo pasa el tiempo!). A esa hora el transporte público comienza a ser totalmente detestable. Como pude me monté en una camioneta, nada cómodo para variar, escuchando mi buen rock pero al fondo a Chino y Nacho. Y así llegué a Naguanagua. Aun tenía ganas de seguir caminando, así que llegué hasta la parada de la Plaza Urdaneta, mejor conocida como “la placita”, y allí caminé hasta la Plaza Bolívar, o Plaza La Begoña; nunca he sabido exactamente cómo llamarla.

Y todo ese trajinar, llevado a esta historia, fue para ubicarme en este punto. Algo pasó y encontré la paz que buscaba. Esa plaza es mágica, o así lo veo yo. Tenía mucho tiempo sin sentarme a disfrutar de cualquier cosa que allí sucediera, tonterías rutinarias como la gente y los carros pasando, pero no sé, allí es diferente. A eso de las cuatro y media fui a comprar un helado y así complementar el momento mágico que estaba viviendo.

De repente me sorprende el encuentro con otra amiga, que decidió acompañarme un rato. A ella no pude ocultarle algunos detalles de lo que me tenía tan oprimido emocionalmente, aunque tampoco le dije demasiado. Lo cierto es que la conversación derivó en una serie de consejos de los que le estoy tan agradecido, porque me hizo ver las cosas de otro modo. Hablamos de todo un poco: la universidad, el trabajo, la vida, y cómo no, de las tradiciones (la fecha invita); ella fue algo más receptiva. Aproximadamente una hora después anunció su partida; su camino hasta Guacara es largo, así que no podía darse el lujo de quedarse más tiempo. La acompañé a la parada, y al despedirnos, me devolví a la plaza; no quería irme de allí.

Seguía sentado, viéndolo todo, disfrutando el momento de una manera muy extraña. Comenzó a oscurecer, y desafiando toda la lógica del venezolano, aun quería permanecer en ese lugar, hasta que sólo me iluminaran fuentes de luz artificial. Poco a poco me di cuenta que tampoco es que haya mucha iluminación, pero allí seguí, escuchando mi música y disfrutando de la fría brisa decembrina naguanagüense. Los que me conocen muy bien saben lo mucho con demasiado que me gusta caminar de noche, y aunque lastimosamente no se puede hacer, no podía desaprovechar esta oportunidad.

A eso de las 7 de la noche me levanté, y al voltear me percaté de que la vieja barbería que allí se encuentra seguía abierta. La vi al llegar y pensé aprovechar la oportunidad para hacerme un corte de cabello, pero había mucha gente. Ahora estaba vacía, de hecho, el encargado ya estaba limpiando; aún así me acerqué y le pregunté si podía atenderme, a pesar del papel que anuncia el cierre del lugar a las 6:00pm. El señor, muy amable y con una sonrisa en el rostro, de esas que ya poco se ven, me invitó a sentarme; “¿cómo lo quiere?”, preguntó; “tradicional y corto, confío en su criterio”, respondí, y el señor comenzó su faena. Me llamó la atención que, durante gran parte de su trabajo, su implemento principal fue una navaja y un peine; bien chapado a la antigua (digo yo), pero muy interesante la experiencia.

Terminada la labor, me levanto y le pago. “Ya puede cerrar e irse a descansar”. Comienzo a caminar. Siete y media, y el único loco por ahí era yo, afortunadamente. Llego a la avenida Valencia y en la esquina hay una distribuidora, de esas de bebidas espirituosas; sentí el impulso de culminar mi paseo con mucha alegría. Una tercio negra servida en un vaso de plástico me acompañó hasta la parada donde el carrito que sube al famoso barrio Güere estaba por salir. Es una buena ruta hacia mi casa, desde donde me bajo tan solo debo caminar una cuadra y cruzar sobre un canal a través de una placa de cemento que simula un improvisado puente que quién sabe puso ahí. Y así termina mi ligero paseo.

Yo no sé qué tan productiva sea esta lectura para ustedes, pero lo cierto es que lo escribí para mí, porque fue una tarde distinta, como lo que buscaba al salir de casa, pero totalmente alejada de lo que realmente me esperaba, y por la que le agradezco a la vida permitirme vivirla. Tenía que compartirlo, así de simple. Y pensar que en la mañana mi idea era tan solo de ir al cine.

Justo terminando de escribir esto, otra amiga me dice que me regalará, con motivo de mi cumpleaños, el disco “Ram” de Paul McCartney, su segundo álbum de estudio en solitario. Creo que no puedo quejarme.

Bueno, chao.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

viernes, 28 de noviembre de 2014

Reflexión Fuera del Aire

Hoy fui a ver ‘Fuera del Aire’, la película que a Luis Chataing se le ocurrió como punto final de un proyecto televisivo llamado “Chataing TV” que se vio obligado a salir del aire a causa de fuertes presiones políticas a las que la directiva de Televen declaró que estaban sometidos.

Para leer el análisis realizado desde el punto de vista cinematográfico, hagan clic aquí
Créanme que fui a ver la película teniendo casi nulas expectativas. Me imaginaba que iba a apreciar algo muy similar a lo que pude presenciar en la segunda función a casa llena que Chataing y sus “reporteros” realizaron en el Fórum de Valencia hace unos meses atrás. Pues resulta que me quedé muy corto en mi pensamiento.

‘Fuera del Aire’, más que una película de comedia, es una protesta, una voz alzada en contra de la intolerancia política, en contra de la opresión a la libertad de expresión, y contra la censura.

El documental transcurre ente los preparativos de la gira de despedida del programa de televisión y el mensaje que cada uno de sus protagonistas quiere dar: un Luis Chataing cansado de tantos abusos que atenten contra la libertad de expresión; una Jean Mary que ha visto de cerca cómo la inseguridad no le permite vivir tranquila; un Led Varela arrecho (literalmente); un Álex Goncalves talentoso y con ganas de expresarse; un José Rafael Guzmán con la necesidad de hacer las cosas bien; y un Manuel Silva con una capacidad innata de hacer reír. Todos con un mensaje en común: querer quedarse en Venezuela a hacer lo que mejor saben hacer y poder así contribuir con el desarrollo del país.

Y es esto lo que más me gustó de la película. El claro mensaje político que todos esperan sea de insultos y mentadas de madre al Gobierno de turno, se convirtió en un llamado a la paz y a la reflexión. Pasa a ser una muestra del país que todos los venezolanos (digo yo) queremos, en el que las ideas contrarias sirvan a la confrontación de opiniones sin violencia y en la que todos podamos convivir en paz.

Me pareció memorable el espacio dedicado al programa especial de “Mucho gusto”, conducido por César Miguel Rondón, en el que Chataing y la periodista simpatizante del oficialismo Vanessa Davies se conocen, y se dan un mensaje apoyo mutuo. Más tarde descubrimos cómo ella habría podido ser una de las invitadas especiales a la obra de teatro, y eso al final no puede ser posible gracias a la decisión desde la sensatez del mismo Chataing, por el temor real de que las cosas no pudieran salir tan bien como lo habrían esperado, pero no por Vanessa, sino por un público que quizás no la hubiera aceptado.

Y yo me pregunto, ¿cuándo nos volvimos tan intolerantes? Esto de pensar distinto, de un lado y del otro, no puede conducirnos por caminos diferentes. Todos somos habitantes de un mismo país, ¿entonces por qué no trabajar juntos? Hagámoslo posible vale…

Pero en otro contexto de ideas, el mensaje no sólo persigue la unión de todos los venezolanos. También es una clara protesta en contra de lo que se han convertido los medios de comunicación social en nuestro país, especialmente los televisivos que ya no son aquella pantalla que debería servir como escape y denuncia a los grandes problemas de los ciudadanos. Y hay que estar claros de algo, en Venezuela SÍ hay libertad de expresión, ¿pero realmente ahora es como antes? Algo está fallando, y creo que todos sabemos muy bien qué es.

Como estudiante de Comunicación Social que soy, evidentemente la situación actual me preocupa. Sí, aun quedan espacios “libres”, pero cada vez son menos. Como venezolano, sólo quiero poder disfrutar de las calles con tranquilidad, disfrutar del ambiente, de las tradiciones. Quiero disfrutar de Venezuela, plena, sin impedimentos.

No sé ustedes, pero yo sigo insistiendo en la apuesta por el país. Es hora de que todos los millones de venezolanos que quedamos, nos pongamos de acuerdo en hacer algo, y no es en términos políticos; se trata de ciudadanía. Yo ya comencé, ¿ahora qué van a hacer ustedes?

‘Fuera del Aire’ sin duda me conmovió. De alguna manera logró reavivar mi esperanza en que las cosas pueden mejorar, o mejor dicho, van a mejorar, pero no echándole la culpa de todo lo malo que sucede al gobierno (aunque bien merecido se lo tenga), sino desde un plano en el que cada quien realice la labor para la que fue encomendado, y sólo así podremos salir a flote.

YO AMO A VENEZUELA Y ESTOY ORGULLOSO DE MI TIERRA.

P.D.: Veo a Chataing aspirando a algún cargo de elección popular, y aunque no es de mi total empatía, creo que sería una buena opción.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

lunes, 27 de octubre de 2014

Eso que llaman falta de valores

Todos los días leo o escucho al menos una historia de cómo algún amigo o conocido pasó por la amarga experiencia de encontrarse cara a cara con la temida hampa que azota sin ningún tipo de pudor las calles de Venezuela, y digo que es al menos una historia queriendo ser optimista, porque generalmente son un poco más.

Todos los días pienso en lo afortunado que soy por no estar en sus zapatos, porque la última vez que pasé por esa amarga experiencia fue hace más de 7 años, cuando paseada por Caracas y saliendo del Metro era sorprendido por unos cinco muchachones que, con arma en mano, me arrebataron mi pequeño bolso en el que tenía guardadas prácticamente todas las pertenencias que cargaba conmigo en ese momento.

Hoy volvió a ser mi turno, ¡pero de qué manera! No hubo ningún tipo de agresión físico, ni amenazas verbales, ni siquiera me di cuenta de cuando sucedió. Conecté a la corriente eléctrica mi teléfono celular para cargar un poco la batería, y en un abrir y cerrar de ojos, éste ya no estaba.

Y ustedes dirán “pero qué tonto Fernando”, “¿pero cómo te vas a dejar robar así?”, o cosas así por el estilo. Y es verdad, no conozco manera más absurda de contar lo que me ha sucedido. ¿Y cuántas de esas historias a diario no son de mujeres a las que les sacaron el teléfono de la cartera, por ejemplo, y ni siquiera lo notaron? Ya sé lo que se siente.

Sin embargo, ese no es el problema; no puede serlo. La situación realmente se agrava cuando les digo que esto me sucedió en la universidad donde estudio, una universidad privada por demás decir, el lugar que en la actualidad, junto a mi hogar, consideraría de los más seguros en los que pudiera estar. ¿Y qué pensarían si además agrego que todo esto sucedió en la BIBLIOTECA? Apenas unos 20 segundos de falla en el servicio eléctrico que dejaron todo a oscuras fueron suficientes para que el hábil ladrón (porque eso es lo que es) tomara el pequeño artefacto telefónico (con cargador y todo) y desapareciera sin dejar rastro.

Dejando de lado el hecho como tal, me pregunto, ¿qué nos ha pasado? ¿Cómo es posible que algo así ocurra en las instalaciones de una universidad, y privada? No es cuestión de decir que la inseguridad esto o aquello, ¿¡y es que cómo voy a culpar a la inseguridad de esto!? Lo que hoy me ha sucedido a mí es más bien una de las mejores muestras de la gran pérdida de valores que ha invadido a los ciudadanos de esta República Bolivariana de Venezuela.

¿Con qué clase de personas convivo en el recinto universitario al que voy todos los días? ¿Cómo podré ver con confianza a quien se acerque a mí a partir de ahora? Solo espero que nadie se sienta ofendido. Más que rabia no puedo sentir otra cosa sino indignación.

Por ahí me comentaban que esto es un recordatorio de que los que conformamos un grupo ciudadano de calidad y con valores, definitivamente somos minoría. Pero, así como lo he mencionado anteriormente, yo sigo aportando mi grano de arena por la construcción de un mundo mejor.

Tú, ladrón (o ladrona, quién sabe) de mi celular, ojalá leas esto para que sepas que fue a mí a quién robaste, y a quién además dejaste sin uno de sus principales herramientas de estudio y trabajo. Alguien a quien realmente le duele porque yo he decidido optar por un camino contrario al tuyo y ganarme las cosas con esfuerzo y trabajo duro. Ojalá lo aproveches, pero recuerda, es ley de vida que en este mundo, lo que se hace, tarde o temprano, se paga.

Mientras tanto, una amiga maracucha me comenta cómo hoy también le robaron su teléfono, el segundo en apenas dos meses, de una manera no tan amistosa por cierto, y tengo la voluntad de pensar en que sigo teniendo suerte…

#Paz para todos.

@FernandoArraez

domingo, 20 de julio de 2014

No es una simple sensación

El día a día de cada venezolano desde hace varios años ha venido adquiriendo una preocupación ya muy bien arraigada. No es fácil vivir con la terrible idea de que algo malo pudiera suceder debido a la desmedida acción de algún integrante de la cada vez más temida estirpe criminal que habita nuestro país.

Los que me conocen saben muy bien que creo ampliamente en el poder de la palabra y del pensamiento. Esta forma de vida me ha permitido enfrentar cada nuevo día con el mayor optimismo posible, incluyendo el hecho de estar muy consciente del verdadero peligro que actualmente representa la inseguridad en nuestro país, aunque cuento con la inmensa fortuna de haber pasado ya varios años desde la última vez que fui víctima del hampa por allá en el año 2007 mientras salía de una estación del Metro de Caracas.

Cada día es más difícil no pensar de forma negativa. Lamentablemente nos hemos venido también adaptando a la costumbre generalizada a la situación. Ya es “normal” leer entre las publicaciones de mis amigos en Facebook anuncios de que ahora se encuentran incomunicados porque les robaron su celular. Los periódicos (aquellos que aun pueden) dedican mayor espacio a las noticias de sucesos. Hace poco ocurrió un asalto a mano armada frente a la Universidad donde estudio. Hace dos noches le toco a un grupo de hermanos Scouts mientras realizaban actividades al aire libre y se preparaban para ser mejores ciudadanos, lugar donde podría haber yo estado presente. Y estos son tan solo un número insignificante de ejemplos de lo que vivimos.

No escribo estas líneas con intenciones políticas. Evidentemente la gestión del Estado en materia de Seguridad Ciudadana (y otras más) han sido un total fracaso. Pero es que no todo puede ser culpa del Gobierno. Simplemente nos encontramos en una sociedad cada vez más desahuciada de valores. La violencia viene disparada desde todos los puntos cardinales y así nunca se podrá garantizar la paz.

Yo sigo, saliendo cada mañana a la calle para hacer mi trabajo, cumplir con mi formación académica y realizar mis acciones ciudadanas de bien, aunque el tema de la sensación de inseguridad me haga la batalla más difícil cada jornada.

Mientras tanto, mi primo que ahora vive en España me cuenta que la semana pasada le robaron su bicicleta, y nunca le pasó nada mientras vivió en Venezuela; curiosa ironía.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

miércoles, 14 de mayo de 2014

Rosa Orozco, una mujer con guáramo

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “guáramo” es un modismo venezolano que significa “valor”. De esta manera defino yo lo que sentí al conocer a Rosa Orozco, madre de Geraldin Moreno quien fuera asesinada hace casi tres meses a manos de funcionarios de nuestra “gloriosa” Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela (GNB).

En el marco de una asignación académica de Periodismo tuve la oportunidad de entrevistar a la señora Rosa, quien se encuentra actualmente en un muy agotador proceso judicial del que me comentó espera sean castigados más de 25 efectivos de la GNB a quienes considera cómplices en la muerte de su hija, esto tras una semana de haber sido detenidos los dos presuntos autores materiales del hecho, Flanklin García y Paola Barroso, ambos con el cargo de Sargento Segundo.


A pesar de esto último, cuando le pregunté si se estaba haciendo justicia no vaciló en responder: “No, aquí no hay justicia; aquí lo que hay son dos seres, uno que disparó y una que le dijo que disparara, y los demás están igualmente involucrados porque para disparar tuvo que haber una orden, y eso es lo que yo quiero, al que dio la orden y al que la recibió, porque sino seguimos en lo mismo; sigue la misma gente asesinando a los muchachos en la calle”. En este sentido señaló abiertamente al comandante Frank Osuna y al capitán Carlos Pavón, quienes dirigían al pelotón que arremetió contra la manifestación la noche en que resultó herida su hija.

La señora Rosa me hizo saber que no cree en las lyes venezolanas. A ella le parece inconcebible que dos asesinos se encuentren detenidos en el Comando Regional N° 2 de la GNB. “Allí están entre comillas detenidos. Yo le pedí a la jueza que los metiera en Tocuyito y ella me dijo que allí no había espacio. Le dije: saque a los estudiantes que están en Tocuyito y meta a los asesinos de mi hija entonces…” Si quieren mi opinión, tiene razón. La apoyo totalmente cuando asegura que estos guardias “están premiados”.

El día a día de la señora Rosa va de la mano con los estudiantes y se siente muy preocupada por los muchachos en la calle. También pudimos comprobar que está vigilada. ¿Cómo? A nuestro lado permanecieron sentados dos presuntos funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) escuchando la conversación y yo me di cuenta tardíamente de que estaban ahí cuando, de manera realmente descarada, se retiraron justo al momento de apagar mi grabadora, como queriendo hacer notar que fueron testigos del encuentro. “Este es mi día a día” confesó después del episodio.

Geraldin tenía 23 años al momento de su fallecimiento. Estudiaba Citotecnología en la misma universidad en la que yo curso mis estudios de Comunicación Social (Universidad Arturo Michelena - UAM). Allí, todos los días, de alguna u otra manera, ella está presente. Nada le devolverá a la señora Rosa a su hija, a su flaca, pero se mantiene en pie y nada ni nadie la detendrá en su lucha. Ahora es su única razón de ser. A ella mi admiración.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

domingo, 20 de abril de 2014

Semana Santa guarimbera

Después de más de dos meses de conflictos en Venezuela, llegó la Semana Santa, época en la que los más fieles aprovechan para reencontrarse con su fe, y también en la que tradicionalmente el venezolano aprovecha para olvidarse de todo en unos pocos días de relax.

Esto último fue lo que yo hice. Después de haber decidido no hacer nada en la fecha de Carnaval, en parte solidario con la causa de protesta y en parte también por temor a que algo pudiera suceder, tomándome desprevenido quién sabe dónde, en esta oportunidad decidí hacer lo contrario; simplemente me merecía mi descanso.

¿El destino? La ciudad de Mérida. Vaya que el grupo familiar que nos fuimos de viaje somos valientes, integrado por 8 adultos, dos adolescentes y dos niños. El domingo de ramos preparamos nuestras maletas y en la noche nos fuimos a pasar lo que esperamos sería una semana tranquila en una de las ciudades más convulsionadas durante todo el conflicto socio-político que vivimos en nuestro país desde hace más de dos meses.

¿Qué encontramos? Dos avenidas trancadas con barricadas, aunque no en toda su extensión... Una, la avenida Los Próceres, que recorre casi toda la ciudad de polo a polo; la otra, la avenida Las Américas, quizás la más importante por ser la  de mayor concentración poblacional, tener varios centros comerciales (cerrados), el Mercado Principal (aunque sus alrededores estaban despejados, por lo cual sí estaba prestando servicio), el terminal de pasajeros (que está cerrado), un McDonald's y una Nota (cerrados también, además de saqueados), y otras cuantas atracciones que quizás se me escapen a la memoria... De resto, nada más que destacar; si no necesitas transitar por ninguna de esas dos avenidas, es como si nada estuviera pasando.

Debido al cierre del terminal de pasajeros a causa de las guarimbas, los trabajadores del transporte
improvisan una parada en el sector Vuelta de Lola, entrada a la ciudad de Mérida
Todos ya conocen mi posición adversa a las guarimbas, pero en este caso fui más comprensivo. En conversaciones con una amiga entendí que en un principio la situación de violencia desmedida por parte de grupos armados actuando bajo el amparo de los organismos de seguridad del Estado, entiéndase la Guardia Nacional Bolivariana, obligó a los merideños a usar las barricadas como verdadero mecanismo de defensa. Ok, está bien, pero yo corrí con la suerte de alquilar un apartamento en plena zona de conflicto (a la que algunas personas llaman "Siria"). La situación que me encontré fue de alta intolerancia y una increíble sensación de inseguridad que jamás habría imaginado que sentiría en la que aun hoy es considerada la ciudad de los caballeros. Nada más los tiroteos todas las noches nos tenían los nervios de punta.

Vista desde la ventana de la habitación en la que estaba durmiendo
Como siempre he dicho que una imagen vale más que mil palabras, tuve la oportunidad de realizar un rápido recorrido por la avenida Las Américas en el que aproveché de capturas algunas fotografías (por supuesto, haciendo lo posible por que nadie se diera cuenta para así evitarme problemas)

Pancartas en barricada de la Av. Principal El Campito
Barricada en la Av. Las Américas
Barricada en la Av. Las Américas
Cruces con nombres de los fallecidos durante el conflicto. Las que más llamaron mi atención: las de Génesis y Geraldin
Barricada en la Av. Las Américas, a la altura de La Nota
Barricada en la Av. Las Américas, a la altura de La Nota
En fin, mi opinión bastante sincera es que los vecinos de esa avenida se encuentran literalmente autosecuestrados. Creo que ya deberían pensar en otro tipo de alternativas que les permita desenvolverse con más normalidad y tranquilidad, evidentemente sin olvidar los motivos que les llevaron a tomar estas medidas, algo extremas, pero acertadas en su momento.

Por fortuna, desde mi otra ventana tenía una vista perfecta de la Cordillera de Mérida,
desde la cual podía observar el majestuoso Pico Bolívar cubierto de nieve
#Paz para todos.

@FernandoArraez

viernes, 4 de abril de 2014

Brutal indignación

La Universidad Central de Venezuela (UCV) es sin duda alguna la casa de estudios superiores presente en la ambición académica de la gran mayoría de los nuevos bachilleres de nuestro país. Particularmente, yo que he andado por sus pasillos y caminerías sé muy bien el enorme placer que se siente estar allí, y aun así no me imagino el orgullo que sienten sus estudiantes. De hecho, jamás me ha dado pena confesar el inmenso gusto que me daría ser uno de ellos, ni antes, cuando estudiaba Computación y mucho menos ahora estudiando Comunicación Social.

Fuera de eso, el simple hecho de tener la denominación de universitario me da el pleno derecho de sentirme muy preocupado por los distintos episodios que se han vivido en la UCV es las últimas semanas, pero definitivamente lo sucedido ayer es la gota que derramó el vaso.

Grupos de violentos armados se encargaron, sin ningún tipo de contemplaciones, de atacar, asaltar, vejar, humillar a estudiantes de la UCV que se encontraban tranquilamente en las áreas al aire libre de la universidad y a periodistas que cubrían la manifestación que se desarrollaba instantes antes. En estos casos, sencillamente una imagen (o varias, más un vídeo) vale más que mil palabras:


Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter
Cortesía Twitter

Primera página a doble cara del diario 2001
No hay palabras para describir tan absurdo atropello y el nivel de indignación que siento en este momento. No quiero pecar de atreverme a señalar que realmente los responsables de este hecho hayan sido colectivos simpatizantes del gobierno nacional, pero los ojitos del comandante eterno y supremo en algunas franelas, además de un miembro del PSUV plenamente identificado entre el grupo de atacantes, dejan mucho que pensar.

Declaro mi rechazo pleno y firme a estos sucesos. Aún mantengo mi posición indeclinable a no apoyar el uso de la violencia para combatir la violencia, pero ahora mi opinión será totalmente afín a la premisa que sostiene que el que a hierro mata, no puede pretender morir a sombrerazos. Mientras tanto, yo seguiré en mi labor de promover una ciudadanía venezolana rica en valores y principios.

#Paz para todos.

@FernandoArraez

miércoles, 2 de abril de 2014

¿Qué será lo que quieren en Globovisión?

En un lapso poco menor a un año, la planta televisiva Globovisión, única en Venezuela de corte 100% noticioso, se ha visto envuelta en una gran cantidad de episodios en los que han estado involucrados unos 51 periodistas (cifra hasta hoy 2 de abril) que, o ha sido despedidos, o han presentado su renuncia al canal.

Antes de hoy, quizás el caso más polémico fue el suscitado con tres miembros del equipo técnico del canal en el Estado Zulia, quienes fueron anunciados de su despido después de haber captado en imágenes aefectivos de la GNB actuando presuntamente en conjunto con grupos violentos oficialistas contra manifestantes opositores. Como ya seguramente lo saben, esas imágenes no fueron difundidas por el canal (según la directiva, el motivo es que no tuvieron las imágenes a tiempo).

Pero lo ocurrido hoy me llamó realmente la atención, y es lo que me motivó a escribir esta entrada. El periodista Reimy Chávez Perche, ancla del noticiero, exactamente a las 7:03pm publicaba este tuit:


Acto seguido, tan solo dos minutos después y comenzando la emisión en vivo del noticiero, declaraba al aire: “Hasta este día trabajo en esta planta televisiva por razones ajenas a mi voluntad y diferencias de criterio”.


Para ser honesto, inmediatamente pensé “qué bonito gesto de parte de la directiva al permitirle expresarse al aire”. Qué equivocado estaba. La verdad es que sólo él sabía lo que estaba haciendo. Nadie se esperaba dicha actuación de su parte, y el haber lanzado el tuit con el anuncio justo antes de iniciar la transmisión fue una actitud realmente maquiavélica (en el buen sentido de la palabra) ya que no daba tiempo para nada.

Más tarde, Mayela León, Directora General de Globovisión, en entrevista al periodista Fernando del Rincón de CNN, aclaró que efectivamente la acción sorprendió a todos.

Si me preguntan, fue una actitud admirable y valiente. Expresó su opinión de frente a todo el mundo, dando la cara, y con mucha educación, aunque evidentemente quizás violando las políticas internas del canal…

Pero volviendo a la transmisión en vivo, acto seguido Reimy anunció la ida a comerciales y, para el segundo bloque (9 minutos después), ¡sorpresa! Ya no era él el que estaba en la pantalla sino su compañera Sheina Chang, a quien le fue asignada la responsabilidad de terminar la emisión del noticiero.

Evidentemente los comentarios en las redes sociales no se hicieron esperar. Se dijo incluso que el reportero había sido sacado por la fuerza del estudio por el personal de seguridad. Pasadas las nueve de la noche el mismo periodista aclaraba lo ocurrido:


Por otra parte, con un poco más de discreción, el también periodista del canal, Carlos Arturo Albino, anunciaba igualmente su renuncia a través de su cuenta en Twitter:


Evidentemente la falta de información sigue siendo el gran problema de los medios de comunicación en Venezuela y, obligados o no, casi todos los medios públicos siguen siendo cómplices. El caso Globovisión le agrega un ingrediente más y es que ya no hay duda de que la autocensura aplicada debe venir innegablemente ordenada desde la directiva. Pues claro, el Cógido de Ética del Periodista Venezolano no prescribe la violación del derecho a la información.

¿A qué quiero llegar con esto? Tan solo a mostrar mi ánimo de expresarme públicamente por primera vez desde que comenzaron a ocurrir estos eventos en el canal de televisión que, si supieran, aun goza de mi mayor porcentaje de tiempo en sintonía (básicamente sigue siendo mi primer medio televisivo informativo). Quizás la pregunta deba ser “¿Hasta dónde quiere llegar la nueva directiva de Globovisión y cuánto más están dispuestos a sacrificar?”

#Paz para todos.

@FernandoArraez

domingo, 23 de marzo de 2014

Reflexión por Héctor Manrique (y algunas cosas más)

Hace ya varios días atrás, exactamente el 10 de marzo, el actor y director de teatro, cine y televisión, Héctor Manrique, publicó en su página de Facebook una reflexión pensando en varias experiencias que le tocó vivir durante un día determinado. Aunque sean sus palabras y no las mías, me siento muy identificado con la gran mayoría de las líneas, así como unas dos o tres con las que no (y los que me conocen muy bien seguramente se darán cuenta de cuáles no son de mi agrado personal). Su reflexión me pareció muy oportuna a la situación país por la que estamos atravesando, motivo por el cual decidí abrirle un espacio en mi blog para que siga llegando a más personas.

Copiado textualmente:
Ayer estuve en tres reuniones. Intento hacerme una idea de lo que nos pasa y de pronto dar alguna idea. No sé porque razón en algún momento alguien me dijo que yo era de Izquierdas y en otra de las reuniones me tildaron de Derechas. Hoy me levanto tan atormentado como de costumbre he intentado saber qué soy. Intentaré frente a ustedes una certeza a partir de mis gustos más íntimos.
Nunca me gustaron Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Si estaba en una fiesta y aparecía un espontáneo de la guitarra y arrancaban con "Mi Unicornio Azul" sabía que era la hora de irme: Soy de Derechas.
Siempre me ha conmovido Joan Manuel Serrat, lo sigo oyendo con devoción: Soy de Izquierdas.
Amo a Picasso: Soy de Izquierda Comunista.
Tengo debilidad por las mujeres bellas que usan perfumes: Soy Frívolo de Derechas.
Hay canciones de Alí Primera que me gustan. Reverón por ejemplo: Soy de Ultra-Izquierda.
Leí con pasión a Raymond Aron: Soy Ultra-Derechas
Me parecen las Guarimbas un error sin sentido: Soy Izquierdista Uña en en el Rabo.
Pienso que el gobierno de Maduro es un error de la historia: Soy de Derechas Piti Yanqui.
George Bush fue un error para el mundo entero: Soy un Izquierdista Histórico.
Me gusta la arepa: Soy de Centro.
No me gusta la mayonesa: Soy de Centro.
Siempre me ha simpatizado Felipe González: Soy de Centro Izquierda.
No me gusta la palabra Teatrero ni los que creen que para hacer teatro no hay que bañarse, andar pelúos, hediondos y con la ropa rota: Soy Derechista Encubierto.
No paso un mes sin volver alguna página de García Márquez: Soy de Corazón Izquierdista.
Leo todo lo que escribe Vargas Llosa: Soy Liberal de Derechas.
Pienso que el Sistema de Orquesta es un proyector extraordinario: a pesar de las cagadas de Abreu y Dudamel: Soy un NI-NI de Izquierdas y Derechas.
Pienso que Henrique Capriles debería ser el presidente de Venezuela, además de ser mi amigo: Soy de Centro Derechas y Centro Izquierdas.
Nunca me han importado la marca de los carros. Un hermano quiso prácticamente regalarme un Mercedes Benz y no lo acepté: soy Idiota de izquierda y derecha.
Oigo casi a diario The Rolling Stone: Soy Imperialista Inglés Derechoso.
Cuando conozco a alguien nunca le pregunto su tendencia política, no me importa: Soy un Indiferente de Izquierda y Derecha.
Me indigna hasta rabiar que maten gente: Soy de Derechas y de Izquierda, dependiendo de quién esté leyendo esto.
En fin........así podría seguir todo el día.
Concluyo que Un Hombre es Todos los Hombres y que no estaría mal derrumbar las etiquetas y mirarnos a los ojos, tal vez allí nos encontremos todos¡
Un abrazo.
HM
Para finalizar, me tomaré el atrevimiento de a agregarle esta línea: Yo nací en esta ribera del Arauca vibrador: Soy VENEZOLANO.


Los dejo con este vídeo que refleja ampliamente lo que verdaderamente somos en este país. Si no lo ha visto, disfrútenlo; si ya lo han visto anteriormente, disfrútenlo de nuevo.



#Paz para todos.

@FernandoArraez

viernes, 21 de marzo de 2014

¡Esto no se aguanta!

Nadie puede negar que la actual situación del país simplemente ya no se aguanta. Usted amigo lector, sea de la tendencia política que sea, no puede hacerse de la vista gorda a la gran cantidad de problemas que nos aquejan como sociedad día a día. Quizás los más graves serían la inseguridad y la escasez de productos, aunado alto costo de los poco que se consiguen y que, de paso, para poder comprarlos tengas que hacer una enorme cola de varias horas de duración para que al final quizás ya no consigas disponibilidad.

También puedo mencionar el pésimo sistema de salud público, las constantes fallas en los servicios de electricidad, agua y gas; en fin, una infinidad de motivos (tomando en cuenta que no los dije todos) para salir a las calles a protestar.

Pero sigamos contando. ¿Qué tal si hablamos de nuestro maravilloso sistema judicial? A más de un mes de protestas en nuestro país aun no conocemos quiénes son los responsables materiales de la gran mayoría de las muertes en este lapso de tiempo. Quizás el caso más descarado de todos, el de Geraldin Moreno, atacada de manera nefasta por un funcionario de nuestra gloriosa Guardia Nacional Bolivariana, dejándole varias heridas en el rostro por un disparo de perdigones, heridas que posteriormente le causaron la muerte. El culpable sigue en las calles, seguramente reprimiendo a más personas…

Pero veamos la otra cara de la moneda. La noche del miércoles 19 de marzo, una decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia termina con la destitución del señor Enzo Scarano de su cargo como alcalde del municipio San Diego, sentenciándolo además a cumplir con 10 meses y 15 días de cárcel; todo esto en un juicio cuyo proceso no duró ni un día. ¡Pero qué eficiencia vale! ¿Motivo? No ser capaz de poder contener la rabia con la que los manifestantes en su municipio salieron a las calles durante todas estas jornadas de protestas…

Evidentemente hay motivos para protestar. Habitantes de San Diego salieron en sus cuatro puntos cardinales, pero no por simple capricho. Scarano resultó electo en las últimas elecciones municipales hace no más de 3 meses con el 76% de la voluntad popular, ¿cómo le van a quitar a un municipio su alcalde, quien además ha sido muy eficiente en su gestión?

Pero es aquí donde me van a odiar. Uno de los motivos por los que Scarano va preso, dejando a un lado la discusión de si es legal o no, es por no poder impedir que los vecinos pongan barricadas en las calles y avenidas de San Diego, ¿y qué hace la gente ahora? Por supuesto, ¡poner más barricadas! Díganme, ¿en serio les parece lógico continuar actuando en favor de darle la razón al Gobierno para seguir arremetiendo contra ustedes?

Señoras y señores, la protesta debe ser inteligente. ¿Qué hacemos encerrándonos a nosotros mismos? Cabe destacar que la respuesta de los funcionarios de seguridad era la esperada: una fuerte represión. ¿Y cómo no si les están dando los motivos para hacerlo? No me refiero al simple hecho de protestar, sino la manera, y para muestra podemos observar el relato de Juan Daniel Ordoñez en su cuenta de Twitter:


¿Qué vino después? Represión. Varias personas fueron detenidas, destacando el caso de los hermanos Luis y Daniela Rodríguez, a quienes detuvieron dentro de su casa. Evidentemente NO justifico la manera de actuar de las autoridades, lo repudio de manera categórica, más aun cuando gran cantidad de comercios en este municipio han sido víctimas de vandalismo y en casi ninguno de los casos se ha asomado ni un policía.

Así fue violentado por efectivos de PoliCarabobo el pontón de la casa de donde se llevaron detenidos a Daniela y Luis Rodríguez (Foto cortesía Twitter)
Muchos pensarán que estoy totalmente equivocado. Ya me han llamado de mil y un maneras, desde chavista, pasando por indiferente, flojo, ciego, borrego; que si yo no quiero a Venezuela, en fin, reacciones de rabia, porque no piensan con la razón, porque no se dan cuenta de que el modo de protesta que están ejerciendo NO ES EL CORRECTO y difícilmente lograrán alcanzar algún objetivo, tal como efectivamente no ha sucedido hasta el momento, ¿o me equivoco?

Como sé que ya no soy del agrado de mucha gente, les invitaré a tomarse 42 minutos de su tiempo para ver el vídeo que el amigo Julio Jiménez, mejor conocido como Juliococo, grabó la noche del #12F, dejando claras sus impresiones acerca de lo mal que están tanto en el Gobierno como en la Oposición, dándome además la razón, ¡porque es que esta vaina ya no se aguanta!, pero los objetivos se alcanzan pensando con la cabeza...


Supongo que la popularidad de Juliococo bajará drásticamente a partir de este momento...

#Paz para todos.

@FernandoArraez

miércoles, 19 de marzo de 2014

Carta abierta a un opositor intolerante

Hola amigo opositor y amiga opositora intolerante. Como la idea de estas palabras no es tratarte como tú me tratas a mí sino como esperaría que lo hicieras, me permito usar las normas de cortesía y desearte ante todo muy buenas noches.

Para no hacerte la lectura tan aburrida, repetitiva o quizás hasta desagradable, me referiré a ti simplemente como “amigo intolerante” sin ánimos de ofenderte, más aun cuando eso es lo único que has demostrado ser, una persona que no tolera la idea de respetar las posiciones de los demás, incluso estando de tu mismo lado de la barrera política.

Amigo intolerante, veo que no soportas el no haber alcanzado hasta el momento con tu actitud violenta y agresiva ninguno de tus objetivos planteados basados en la visión de país que muchos compartimos. Quizás no es la manera correcta y aun no te has dado cuenta, digo yo…

Ambos compartimos el rechazo a ser llamados violentos, fascistas, terroristas, golpistas y corruptos por quienes consideramos violentos, fascistas, terroristas, golpistas y corruptos, pero resulta, amigo intolerante, que cuando te comportas como un violento, fascista, terrorista, golpista y corrupto, el único éxito que tienes garantizados es seguir ganándote esos adjetivos descalificativos, dándoles además la razón.

Padecemos los mismos problemas: corrupción, inflación, autoritarismo, escasez; también unos niveles de inseguridad y violencia desbordada que nos genera un miedo terrible de salir a la calle y que los altos funcionarios del Gobierno insisten llamar “sensación”. Pero qué triste es encontrarme con grupos violentos conformados por gente como tú, amigo intolerante, en espacios en los que compartimos actividades en común.

Decido escribirte estas líneas, amigo intolerante, porque no puedo entender cómo un pequeño grupito de personas como tú me impidieron a mí, y a muchos más, ingresar esta mañana a mi recinto universitario; estudiantes como yo y todos los afectados por tu desespero, con los mismos problemas por los que todos padecemos y que mencioné unas líneas más arriba. Pero el episodio más insólito es cuando escuché estas palabras textuales: “no tienes derecho a entrar, y nosotros tenemos el derecho a impedírtelo”

No suelo decirle a la gente que no tiene razón pero, amigo intolerante, cuan equivocado estás con esa actitud. Lamento hacerte saber que ya no puedo apoyarte. ¿Por qué? Porque simplemente yo lucho por la preservación de mis derechos y tú, al igual que este Gobierno al que ambos rechazamos, estás tomando la misma actitud de ellos, lo cual también me hace dudar que en realidad nuestros objetivos sean los mismo; lamento también informarte que te has rebajado a su nivel, ese del que tanto te quejas.

Estimado amigo intolerante, no te tomes esto personal. No creas que por estas líneas de las que estás disfrutando te voy a dar la espalda. Cuando logres controlar tu pasión y no la sobrepongas a la razón, volveremos a conversar con todo gusto para llegar a un buen acuerdo por una mejor Venezuela; espero con ansias ese momento.

Amigo lector en general, si no te sentiste aludido en ningún momento por estas líneas, puedes estar tranquilo, no iban dirigidas a ti, así que felicitaciones, no eres un intolerante. Podemos continuar por la vía del sano juicio y la razón.

#Paz para todos.

@FernandoArraez
flarraezm@gmail.com